Si eres de los que piensa que estirar como un chicle la vida útil de tu ordenador es más barato, sentimos informarte de que estás equivocado. Un ordenador viejo tiene un impacto negativo y directo en la productividad de tu empresa. Según parece, las pymes pierden un mes de trabajo al año debido al tiempo que invierten en la reparación de los equipos informáticos que fallan. Un mes de trabajo perdido es un lujo que no te puedes permitir ¿verdad? Y a este dato, hay que añadir los costes que pueden ir surgiendo derivados de la obsolescencia del equipo.
A continuación, te enumeramos los costes, que quizá no estés teniendo en cuenta, derivados de tener un equipo obsoleto, ya sea un ordenador de sobremesa, un portátil o una impresora.
Costes ocultos
1. Un equipo viejo tiene un rendimiento más bajo. Los ordenadores y las impresoras no están libres de los achaques sufridos con el paso del tiempo. A más años, menos rendimiento y, a menos rendimiento, menos productividad. Fallos en el ordenador o la impresora ralentizan los procesos de trabajo con la consecuente pérdida de tiempo y de paciencia.
2. Equipos fuera de garantía. Como es lógico, un equipo viejo tiene una mayor probabilidad de sufrir averías. Averías que muchas veces no están cubiertas debido a que están fuera de garantía. Una avería en un equipo viejo puede suponer un importante desembolso de dinero.
3. Falta de piezas. Si en el punto anterior hablamos de las averías, en este remarcamos el problema que puede suponer la falta de algunas piezas que ya no se fabrican ¿Imaginas una avería y que no haya piezas de sustitución? Solo resta una solución, comprar un equipo nuevo. Además, los ordenadores viejos dejan de tener soporte por parte de los fabricantes de software o sistemas operativos. Los equipos informáticos nuevos son más seguros y reciben mejoras y de manera más habitual parches de seguridad.
4. Consumo eléctrico. Los equipos viejos están vinculados a un mayor consumo eléctrico. Los ordenadores e impresoras nuevos son más respetuosos con el medio ambiente, tanto por los materiales usados como por su menor consumo eléctrico, lo que se traduce en un ahorro en la factura.
Sin duda, pensar que alargar la vida de nuestro ordenador o impresora es una ventaja económica para la empresa es un gran error.
¿Cómo solucionar el problema de la obsolescencia? La mejor fórmula para evitar que el equipamiento informático de tu empresa se quede viejo es alquilarlo. El alquiler de ordenadores e impresoras te permitirá renovarlos cada 3 años, evitando así que se queden viejos. Además, hay que tener en cuenta que contar con un contrato de renting tecnológico (alquiler de ordenadores e impresoras) es la mejor opción para tener cubierto su mantenimiento y el servicio de asistencia técnica.
